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Mi experiencia en Ausangate

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El 15 de noviembre llego a Cusco habiendo dormido 3 horas, mi viaje a éste lugar comenzó mucho antes aunque en mi inconciencia o en mi conciencia inconsciente no me di cuenta cuál realmente iba a ser mi objetivo.

Al día siguiente iniciamos nuestro viaje, primero en bus y luego caminando.

Nuestro guía en éste camino Nicolás Pauccar.

Ha sido un camino de mucho aprendizaje, al inicio mi cuerpo se tuvo que adaptar a caminar en subida, piedras, hasta que en un momento comenzó a caer granizo, frío, mis pies y piernas se mojan, quedo a mitad de camino entre los grupos, quedo solo y un pensamiento me aflora "que carajo hago acá". Le pido a mi madre (mi buena estrella que siempre me acompaña) que detenga la lluvia pero entendí que no dí un buen argumento para que la detuviera, después me enteré que otro compañero desafió a Ausanghate para que se hiciera presente y le respondió con ésta lluvia de piedras.

Mi mente estaba en pánico, miedos afloraban, me voy a enfermar, no se detiene el granizo, saltaban alarmas en mi cuerpo y de repente llegó un recuerdo de hace 30 años en mi juventud viví un momento similar y lo enfrenté de otra manera, me refugié entre las piedras a la espera de que pasara la tormenta de granizo, agua y truenos para seguir pescando cuando pasara, y pensé que me pasó en todo éste tiempo que acumulé tantos miedos, que involución, ¿ Qué me llevó a ésto?.

Llegué al lugar donde íbamos a dormir, estaba mojado, sin botas, con pantalones finos, no había tenido en cuenta los consejos de Nicolás  no llevé botas de goma, ni pantalónes impermeables, tenía que pasar ésta situación extrema para poder sanar.

Mis compañeros entraron en una piscina termal, yo calenté mis pies, estaba muy abatido sicológicamente. La charla se dió en ése lugar como siempre Nicolás nos atrapó con sus relatos, a la noche dormí muy bien.

A la mañana siguiente desayunamos con un servicio 5 estrellas en un lugar donde el silencio dominaba. Comenzamos nuevamente nuestra caminata en parejas uno con ojos cerrados y el otro guiaba, compartí ése momento con mi compañera de vida, primero ella confió en mi dirección, la idea es desarrollar la confianza para que el guía cuente las experiencias que va sintiendo, olores, colores, guiando los pasos, en un momento le pedí se acercara a tocar una piedra y bajó la mano tocando una ortiga, hermosa tupida con unas flores rojas, obviamente se pinchó, Nicolás se acercó y nos dijo que si le dolía el pinchazo es porque tenía que sanar algo en la matriz. Me tocó a mi caminar con los ojos cerrados lo cual me costó mantener, mis lágrimas humedecian mis ojos, fuí conducido muy cuidadosamente, sentí que sus relatos alimentaban mi imaginación, sentir los colores, olores, en un momento nos detuvimos a describir una piedra con forma de cabeza de elefante, es Ganesha el símbolo de la abundancia.  Nos detuvimos en un lugar donde contamos nuestra experiencia para continuar caminando solos, el cielo se volvió a nublar, nuevamente me encontraba solo, veo a lo lejos el campamento, comienza a llover, mi mente comienza a encender las alarmas y en ése momento abrí mis brazos y me entregué a lo que tuviera que ser, la lluvia se detuvo, mi lección había sido aprehendida.

Llegamos nos estaban esperando con el campamento y el día comenzaba a mejorar.

Al fondo se erigía majestuosa la montaña, a sus lados como guardianes del lugar montañas mas pequeñas que marcaban el camino hasta el gran nevado, a sus pies una laguna de agua verde, oscura, helada.

Mis compañeros de viaje, Gabriel una persona muy ocupada en ayudar a los demás, Ana alma joven, feliz, una mujer con una habilidad para pasar desapercibida estando siempre presente, Tatiana con su ilusión de llegar a éste lugar, feliz a pesar de los inconvenientes. Juan Hoyos una persona mostrándonos el desapego para reiniciar su camino espiritual.  Mary Cruz muy conectada con su aprendizaje, callada, habla lo necesario. Felipe una persona que no he logrado comprender, se encuentra en busca de su poder. Ivon alegre con la capacidad de reirse de si misma. Roland, hemos viajado muchos kilometros para llegar a éste lugar, muy centrado, el lugar y el clima le ha hecho sentir en su cuerpo pero lo asume sin quejas. Virginia , mi compañera de viaje en ésta vida con la que me alegra compartir esta experiencia, una luz en mi camino de evolución.

Carlos, un guía con conciencia, una persona que trasmite seguridad.

Nicolás un maestro-guía, alegre, atento, ocupándose de cada uno de nosotros y acompañandonos en el trabajo que cada uno debe hacer.

Manuel, sabiduría más humildad, experiente, sereno, su ego casi ni se manifiesta.

La familia que nos acompaña cocinando, arrieros, siempre con una sonrisa en los labios, se rien de mis pies grandes, la chiquita una dulzura.

La ceremonia del Pampamisayo llena de simbolismos, simple, ritual cada uno de nosotros recibió el bautismo de agua con una ramillete de plantas mojadas en todo nuestro cuerpo y luego sumergirnos o mojarnos, todas nuestras células se renuevan o revitalizan, recibiendo el agua que no ha sido modificada en 30.000 años, el agua de nuestro cuerpo se purifica.

Almorzamos, vamos a salir a caminar y le pregunto a Nicolás si va a llover y me dice que no que me abrigue; pasamos toda la tarde en la carpa un diluvio de granizo y agua; el chaman y la montaña, esta última demostrando su poder.

Virginia no me dejó dormir de tarde, estaba preocupada con el granizo, yo con mi tranquilidad, agradeciendo el aprendizaje, ella me decía que justo ahora me daba por dormir. Perdió referencia del lugar donde estábamos. Todos hemos experimentado procesos fuertes.

A la noche cenamos y a dormir, el descanso no fué el mismo que la noche anterior, entrecortado y la mayoría con dolor de cabeza. Esa noche nevó. 

Desayunamos con un día hermoso, nos ponemos al límite donde la seguridad establecida no está, nos entregamos al poder de los Apus, de la naturaleza.

Nos sentamos en rueda frente a la laguna, primera vez que veo pájaros y gaviotas en el lugar, volando al ras del lago helado, tranquiliza un poco y se disfruta mas el lugar.

Un grupo de 4 personas sale a la búsqueda de la piedra personal, los demás quedamos para realizar un trabajo con Manuel.

Búsqueda de nuestro maestro en una piedra a partir de ahí no tendremos maestros humanos. Virginia y  yo hacemos el despacho con Manuel.

Ha sido una experiencia intensa, profunda, con el despacho de cada uno vamos a graduarnos. 

Gabriel se tiró al agua, era algo que tenía pendiente desde la iniciación el segundo día, su deseo fué mas poderoso que su mente. Sin pensar, la mente nos limita.

Piedra Misarum, ésta es nuestra piedra de poder, es nuestro maestro interno.

Bienvenidos al círculo de los Pampamisayos.

Bienvenidos al Kampañan, el camino de la evolución.

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Robert.

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